Hoy se les ha propuesto un tipo
de clase diferente a las autoras de este blog, un taller de teatro que nos
permitirá conocer a esta herramienta, tan útil en nuestra futura vida
profesional, de una forma más dinámica y práctica. El taller consistirá en dos
sesiones: la realizada hoy en la que hemos tratado el teatro del oprimido,
explicado ya en este blog en la entrada que versaba sobre el teatro social, y
la que realizaremos más adelante, la cual consistirá en el trabajo del teatro
periodístico.
Comenzamos la sesión con la
realización de una serie de ejercicios que nos sirvieron a todos para calentar
y de alguna manera “soltarnos” y relajarnos en la realización de las
posteriores actividades de teatro.

A continuación, nos pusimos por
parejas y realizamos una dinámica que consistía en que una de las partes de la
pareja adquiría el rol de una cámara fotográfica y la otra adquiría el de un
fotógrafo. Partiendo de esta base, el fotógrafo debía guiar a la cámara
fotográfica, la cual mantenía los ojos cerrados, por el espacio en el cual
realizamos el taller, parándose ante tres lugares que le gustasen y ante otros
tres que le desagradasen. Una vez parada la cámara ante estas imágenes, abriría
los ojos y realizaría una captura de la imagen
que el fotógrafo le mostraba.
Una vez terminada la actividad
anterior, todos los participantes del taller nos dividimos en dos grupos: el
primero debía representar en una imagen aquello que le había transmitido los
lugares “bonitos” y el segundo debía representar, en una imagen también,
aquello que le había transmitido los lugares “desagradables”.
Por un lado, el primer grupo
quiso expresar el concepto de “libertad” ante la siguiente imagen:
Por otro lado, el segundo grupo
quiso expresar los conceptos de “rutina”, “estrés” y “agobio” a través de ésta
imagen:
Finalmente, nos adentramos en el
teatro del oprimido. La actividad propuesta consistía en la elección de una
situación en la cual consideráramos que existía una situación de opresión para
su posterior representación. Como podréis ver, los resultados fueron excelentes
gracias a la imaginación y a la gran capacidad de creatividad de todos nuestros
compañeros educadores.
Una vez representadas las
imágenes en las cuales considerábamos que existía una situación de opresión, cada
uno de los integrantes de cada imagen expreso como se sentía, que le transmitía
el papel al cual estaba representando en la figura. Por un lado, encontrábamos
la figura de la persona oprimida, por otro lado, estaba la figura de la persona
opresora y, finalmente, estaba la figura de los espectadores de dicha situación
de opresión.
Para finalizar esta entrada,
quisiéramos resaltar que la realización de esta primera sesión del taller de
teatro nos ha resultado una experiencia muy gratificante para todas nosotras,
ya que además de servirnos para conocer de una forma mucho más dinámica y
practica una de las herramientas que podremos utilizar en nuestra futura vida
profesional como educadoras sociales, nos ayudó a relajarnos en estas fechas
tan señaladas donde todos los universitarios nos guiamos por el estrés y la
presión de las entregas de los trabajos y del estudio para los inminentes
exámenes, los cuales están a la vuelta de la esquina como quien dice.
Cabría destacar que todos los
participantes del taller resaltamos, en las reflexiones finales de la sesión,
que es una pena que no hayamos podido realizar un taller de este tipo hasta
tercero de carrera, pues nos habría sido de gran ayuda el poder llevarlo a cabo
en el primer curso de la titulación, ya que nos ha ayudado a poder conocernos
más unos a unos y nos ha permitido dejar de lado el componente teórico de las
clases, que tan pesado se nos hace, para poder trabajar el componente practico,
con el que todos hemos disfrutado y pasado una mañana muy amena, divertida y
llena de sonrisas.
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