Herramienta de transformación personal y
colectiva
Teatro aplicado Teatro para el desarrollo
Teatro social
Teatro
comunitario
Animación
teatral
Teatro
del Oprimido
Hoy , queremos adentrar a los estimados lectores en el mundo
del Teatro Social.
La base teórica del teatro social
surge de la exportación de las tesis
de Augusto Boal que desarrolla lo que se da en llamar el Teatro del oprimido apoyándose, entre otras en la idea que
“cualquiera puede hacer teatro, incluso los actores”.
En el teatro se representan
situaciones humanas, es decir, la interacción de los actores con ellos mismos y
con el entorno utilizando diferentes problemáticas y esto se conoce como “dramas “. Todo ello
surge a partir del “conflicto” ya que este es el punto crítico a partir del
cual se produce el descubrimiento, el crecimiento o el avance personal o
comunitario, por lo que el teatro es un instrumento formativo al servicio del
crecimiento, desarrollo y autonomía progresiva de las personas y las
comunidades. Además, puede ayudar a las personas a terminar con las
inhibiciones, traumas, problemas que puedan tener así como la mejora en la
confianza, interacción y la comunicación con las personas. Para ello, el cuerpo
es el que experimenta y se pone en juego en las acciones teatrales
independientemente de la edad, sexo, profesión, etc. El teatro, al igual que la
danza, es inter y multigeneracional. Esto último es algo que nosotras valoramos
positivamente ya que como hemos dicho anteriormente, el teatro es un
instrumento de formación y válido para cualquier etapa de desarrollo de las
personas. En cada una de ellas tendremos unos objetivos predeterminados y
emplearemos las técnicas más adecuadas.
Sobre todo el teatro es divertido
e integrador.
Las acciones dramáticas
posibilitan el uso simbólico del espacio y de los objetos lo que favorece el
desarrollo de la imaginación, la creatividad , la flexibilidad y adaptación a
situaciones nuevas.
El teatro social se justifica
pues, como una vía para evitar el aumento de las desigualdades, evitar el
refuerzo de la imagen de una cultura y un arte exclusivamente de élite, para
hacer accesible esta cultura a todas las personas y convertir y reconocer a
cada una de ellas como a agente creador. En definitiva se trata de democratizar
la cultura: de facilitar caminos de expresión, creación y comunicación
individuales, grupales y comunitarios..
El Teatro del Oprimido es un
conjunto de ejercicios, ju egos y técnicas teatrales que sirven como instrumento eficaz en la
comprensión y la búsqueda de alternativas para problemas sociales e
interpersonales. Sus vertientes pedagógicas, sociales, culturales, políticas y
terapéuticas proponen transformar al espectador (ser pasivo) en protagonista de
la acción dramática (sujeto creador), estimulándolo a reflexionar sobre el
pasado, transformar la realidad en el presente e inventar un futuro , según
Augusto Boal, su creador. En pocas palabras, “estimular a no-actores” a
expresar sus vivencias de situaciones cotidianas a través del teatro .
El objetivo del Teatro del
Oprimido es la reflexión, sobre las
relaciones del poder, explorando historias entre opresor y oprimido, en las que
el espectador-alumno asiste y participa del acto. Los textos son construidos en
equipo, a partir de hechos reales y problemas típicos de una comunidad, como la
discriminación, el paro, los prejuicios, el trabajo, la violencia de género, la
prostitución y otros.
En nuestra opinión, el teatro, el
arte dramático y la pedagogía de la expresión son herramientas educativas
básicas para la intervención en el campo de la formación. Y para las personas
en dificultad de inserción social suponen de encontrar salidas para formar
parte de la sociedad.
Porque, cuando utilizamos estas
técnicas dramáticas ponemos en marcha un proceso que corresponde a las
esperanzas de los marginales; al trabajar con ellos lo más importante es
escucharles y mirarles para permitir que se expresen. Tienen mucho que decirnos
por lo que los profesionales “de lo social” en general y los educadores en
particular necesitamos recursos que faciliten situaciones de aprendizaje
indirecto, herramientas de comunicación e intercambio que nos permita la
relación con las persones y su entorno. Juegos de crecimiento individual y
grupal que aporten vivencias integradores, relacionales, deshinibidoras,
constructivas, criticas y, sobre todo, sociales.
Desde la perspectiva social, el teatro es portador de pautas
de integración porque es uno de los actos colectivos por excelencia: es un
trabajo de grupo y un acto social que se realiza delante de un público. De
entrada la participación en un grupo implica un sentimiento de pertinencia
social y, en este caso, en un grupo que tiene un objetivo común basado en el
trabajo conjunto, en búsqueda de la belleza y no de la competición.
Hasta aquí nuestra aportación acerca de este tema, os
dejamos a continuación unas páginas que resultan de gran interés.
Muchas gracias por vuestra atención,
¡Hasta pronto!